El futuro de la DINALI, el futuro del país

La DINALI (Dirección Nacional de Apoyo al Liberado) es la unidad ejecutora de las políticas públicas pospenitenciarias del Estado uruguayo. Sucede, a todos los efectos, al viejo Patronato Nacional de Encarcelados y Liberados (PNEL), creado en 1934.

La DINALI, del mismo modo que el PNEL en su momento, adolece de debilidades críticas que perturban y limitan su accionar, a saber:

1.   Ubicación institucional del programa inadecuada con relación a los fines que persigue. Es decir, resulta inapropiado que la institución responsable de las políticas públicas pospenitenciarias sea el Ministerio del Interior. Este ministerio tiene fines, prioridades, intereses y una sensibilidad radicalmente diferentes a los del programa. Es más, por razones fundadas, en determinadas circunstancias se vive un clima abiertamente hostil al público objetivo al que la DINALI se debe. Que sea "sapo de otro pozo" hace que se subestime la importancia de su tarea, lo que puede advertirse en múltiples dimensiones. Veamos una, vinculada al peso relativo de la DINALI en lo que refiere al presupuesto y a los recursos humanos: en un ministerio con 31.300 funcionarios, a la DINALI le corresponden 80. En un ministerio que tiene un presupuesto de 800 millones de dólares anuales, el presupuesto de funcionamiento de la DINALI es de alrededor de 228.700 dólares al cambio de julio de 2020.

2.  Una figura jurídica completamente disfuncional respecto de los programas que desarrolla.

3.   Una estructura técnica y administrativa débil, sin carrera funcional, con debilidades en el proceso de ocupación de vacantes, sin perfiles de cargos definidos para las diferentes tareas, funcionarios destinados de otros organismos y unidades, y una distribución desigual en el territorio.

4.   Un nivel de retribuciones personales ridículo con respecto a las exigencias que la tarea comporta, además de que no guardan relación entre sí, como consecuencia de la inexistencia de una estructura orgánica y son inexplicablemente dispares con relación a cargos de naturaleza similar dentro del ministerio. Cualquier otro titular de una Dirección Nacional del Ministerio gana más del doble que el de la Dirección Nacional del Liberado.

Estas debilidades se dan en un contexto en el que la problemática se ha extendido y profundizado a límites preocupantes y dolorosos. Baste señalar que el 2019 se cerró con más de 7000 personas liberadas y los tres años anteriores con más de 6000. 

Por último, vale la pena señalar, que la mayoría de esas 7000 personas tienen un perfil que compromete las posibilidades de integración armoniosa y positiva a la vida en comunidad, a saber: carencias graves de vivienda, de vínculos sociofamiliares positivos, escasa o nula historia laboral formal, bajísimos niveles de calificación, sin acceso al crédito, problemas serios de consumo de drogas, alcohol y pasta base, entre otros.

Perspectivas

Sin perjuicio de lo señalado ut supra, entendemos que el país está en condiciones de resolver de modo sencillo, muy rápido y a bajo costo —en el marco de un amplio acuerdo multipartidario, con el visto bueno de los organismos internacionales entendidos en el tema, de la comunidad científica y de las organizaciones de la sociedad civil nacionales e internacionales— estas debilidades estructurales con el consiguiente fortalecimiento de la política pública implicada.

 Presentada de modo sintético, la propuesta es la siguiente:

  1. Crear en el Ministerio de Desarrollo la Dirección Nacional de Apoyo a las Personas Liberadas.
  2. Esta dirección tendría dos subdirecciones: a. Privación de libertad, b. Reinserción social.
  3. Transferir la DINALI con todos sus recursos humanos, logísticos, financieros y patrimoniales del Ministerio del Interior al Ministerio de Desarrollo.
  4. El cargo de director nacional conservaría la categoría de cargo de confianza que está dispuesto para la DINALI hoy, pero designado por el ministro de Desarrollo Social.
  5. A la Subdirección de Privación de libertad irían todos los técnicos que está trabajando en el actual programa de preegreso.
  6. A la Subdirección de Reinserción, todos aquellos que están trabajando en los programas de capacitación, empleo, vivienda, acompañamiento social, entre otros.
  7. De igual modo se redirigirían los funcionarios afectados a los servicios administrativos, logísticos, de limpieza y seguridad, entre otros.
  8. Mantener y efectivizar para esta nueva Dirección Nacional del Mides la posibilidad legal vigente para DINALI de fortalecer con 20 pases en comisión los recursos humanos existentes.

Reflexión final

Esta propuesta, adrede breve, como dice el título fortalece y moderniza las políticas pospenitenciarias en Uruguay. La complejidad de la problemática aconseja dar este paso rápidamente.

Esta propuesta cuenta con algunas ventajas adicionales muy importantes: es factible a bajo costo, en primer lugar; es políticamente viable en el sentido en que es posible construir consenso sobre su conveniencia; hace justicia con una riquísima tradición multipartidaria en este terreno con figuras emblemáticas de todas las tiendas que trabajaron mucho para que el Uruguay todo se sensibilizara frente a esta problemática, entre otras y solo a título de justo y modesto homenaje, el profesor doctor Óscar Ravecca, la profesora Cristina Gil, el padre Uberfil Monzón.

Para terminar, en esta propuesta todos ganan:

✔ La población objetivo del programa, fin último del servidor público.

✔ El Ministerio del Interior, que se desprende de un servicio que no tiene que ver con sus cometidos esenciales, ni tiene la sensibilidad, los tiempos o la formación para atender al desarrollo consistente del programa.

✔ El Ministerio de Desarrollo, porque recibe en su órbita un programa consolidado, pertinente, de alcance nacional, con recursos humanos competentes, prestigio nacional y continental, vínculos consolidados con los más diversos actores, en un terreno en el que va a tener que comprometerse necesariamente, sin disponer hoy de nada de lo antes señalado. Se armonizan de esta forma las políticas sociales en la materia.

✔ Por último, gana el país. Moviendo solo una piezas del puzzle, resuelve de modo inteligente y práctico un problema que tiene 35 años de atraso.

Jaime Saavedra


 

 

 


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